Las cifras indican que la salud bucodental es uno de los grandes retos de salud pública en toda Europa, y lo será todavía más si atendemos al envejecimiento de la población y al incremento de la longevidad. La única vía para afrontarlo es apostar por modelos asistenciales innovadores que den respuesta a necesidades que los sistemas de salud públicos no pueden atender.
La salud bucodental lleva mucho tiempo olvidada en la agenda sanitaria mundial, y se perfila como uno de los grandes retos de presente y de futuro para los sistemas sanitarios a nivel internacional. Así lo constata el “Global oral health status report: towards universal health coverage for oral health by 2030” publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que abarca 53 países de Europa y Asia Central.
Este ambicioso estudio concluye que las enfermedades bucodentales se encuentran entre las enfermedades no transmisibles más comunes en todo el mundo, afectando a cerca de 3.500 millones de personas.
El estudio alerta además sobre el hecho de que las enfermedades bucodentales, aunque en gran medida prevenibles, suponen una importante carga para la salud mundial. Y además señala que afectan a las personas a lo largo de toda su vida, causando síntomas físicos, limitaciones funcionales y efectos perjudiciales en el bienestar emocional, mental y social.
Panorama de la salud oral en Europa
Las cifras indican que en la Región Europea viven 466 millones de personas afectadas por trastornos orales, y que más de la mitad de las personas adultas padecieron una enfermedad bucodental importante en 2019, la prevalencia más alta a nivel mundial. En el periodo comprendido entre 1990 y 2019, en esta región el número de casos de las principales enfermedades bucodentales creció en más de 42 millones, un aumento del 10%.
En concreto, la Región Europea registró la mayor prevalencia de caries dental permanente a nivel mundial, afectando al 33,6% de la población, lo que se traduce en casi 335 millones de casos en 2019. Además, presentaba la segunda mayor proporción de casos de edentulismo, con un 25,2% que suponen 88 millones de personas de 20 años o más.
Cabe señalar también el incremento del 16,1% en la prevalencia de la enfermedad periodontal grave durante este periodo. Dado que esta patología alcanza su punto álgido en torno a los 55 años y se mantiene elevada hasta la vejez, se prevé un aumento de la carga de la enfermedad asociada al envejecimiento de la población.
El informe detalla asimismo que se notificaron cerca de 70.000 nuevos casos de cáncer oral, lo que representa el 18,5% del total mundial, con más de 26.500 muertes atribuibles a este tipo de cáncer en el año 2020.
El reto: la necesidad de estrategia y recursos
Sin duda, a la luz de los datos la salud bucodental se erige como uno de los grandes retos de salud pública en toda Europa. Y si atendemos al acusado envejecimiento de la población y al incremento de la longevidad, afrontamos un futuro en que las necesidades en el ámbito de la salud oral serán mucho mayores.
Las conclusiones del informe de la OMS subrayan la necesidad crítica de estrategias integrales para mejorar la salud bucodental entre los adultos mayores en Europa, abordando tanto las medidas preventivas como el acceso a la atención sanitaria.
Para ello, uno de los aspectos clave es lograr garantizar el personal y la financiación suficientes dedicados a la salud bucodental en los ministerios de sanidad u otras agencias sanitarias nacionales, integrándola en las estrategias e iniciativas sobre enfermedades no transmisibles y en la cobertura sanitaria universal.
La OMS considera por tanto necesario incorporar los servicios de salud bucodental a la atención primaria en todos los niveles. Y esto no será posible sin desarrollar nuevos modelos que incluyan tanto a profesionales de la salud bucodental como a otros trabajadores de atención primaria para satisfacer eficazmente las necesidades de la población.
El problema: la falta de recursos asistenciales
El principal problema común que afrontan los servicios de salud públicos en Europa es la escasez de recursos humanos, materiales y de financiación para dar respuesta a estas crecientes necesidades. Pero no se trata solo de una cuestión de medios, sino de visión y de compromiso social, especialmente con colectivos vulnerables como el de las personas dependientes.
Todavía hoy se produce una alarmante exclusión de colectivos que no disponen de la atención odontológica que merecen para poder disfrutar del derecho a alimentarse con normalidad o a sonreír sin avergonzarse. Hablamos de millones de personas mayores y personas con diversidad funcional que por su situación no pueden acceder a las prestaciones de salud oral que necesitan.
Además, a nivel continental más de la mitad del gasto total en atención bucodental procede de pagos directos del paciente, de modo que el principal motivo por el que los ciudadanos europeos renuncian a estos cuidados son las razones económicas.
Ante la insuficiencia manifiesta de medios, la colaboración público-privada se erige como la única vía para una atención sostenible a la dependencia, y el modo en que podamos garantizar el acceso a la atención sanitaria necesaria para millones de personas en riesgo de quedar completamente desatendidas.
La solución: impulsar nuevos modelos innovadores
En Lura Care llevamos ya una década demostrando que la odontología domiciliaria es perfectamente viable. Hemos consolidado un modelo de servicios de odontología móvil de eficacia contrastada, que iniciamos en España y que hemos exportado con éxito también a otros países como Italia y el Reino Unido.
Hoy en día somos la compañía líder en Europa, donde hemos atendido a más de 120.000 personas gracias a la confianza que nos brindan las más de 1.000 residencias y centros de día con los que colaboramos.
Lo hemos logrado desarrollando un modelo basado en las prestaciones adaptadas a las necesidades específicas de estos colectivos, llevando a cabo miles de revisiones bucodentales gratuitas cada año, e impulsando las actividades formativas en el ámbito de la prevención, dirigidas tanto a los residentes como al personal de los centros.
Y hemos asumido también el compromiso de ofrecer precios ajustados y opciones de financiación flexible, a fin de que ninguna persona se quede sin la atención que precisa por motivos económicos, y de reinvertir parte de nuestros ingresos en los centros para contribuir a la mejora de sus servicios.
Pero todavía queda mucho camino por recorrer, por lo que en Lura Care seguiremos trabajando sin descanso hasta lograr nuestro gran objetivo: que el derecho universal a una sonrisa sana sea una realidad para todas las personas, estén donde estén y sea cual sea su condición.