Numerosas investigaciones apuntan a una relación entre enfermedades de las encías, como la gingivitis y la periodontitis, y el desarrollo de demencias como la enfermedad de Alzheimer. Y como en el caso de otras patologías, una buena salud bucodental se confirma como una importante medida preventiva.
La enfermedad de Alzheimer es una patología que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como la nueva epidemia del siglo XXI: se estima que para el año 2050 el número de personas afectadas por esta enfermedad ascenderá a cerca de 140 millones en todo el mundo.
Y como hemos visto en el caso de otras patologías, una adecuada salud bucodental se posiciona como una importante medida de prevención para contribuir a la salud general de las personas, y en concreto ante el desarrollo de esta enfermedad.
Las investigaciones desarrolladas a lo largo de los últimos años apuntan a que el incremento de los niveles de anticuerpos frente a las bacterias periodontales propicia un aumento de la presencia de moléculas inflamatorias en otras partes del organismo, que se relaciona con unas mayores tasas de deterioro cognitivo en los casos de enfermedad de Alzheimer.
Uno de los trabajos que inició esta línea de investigación es el estudio publicado en Science Advances por un grupo de científicos noruegos del Laboratorio de Investigación Broegelmanns del Departamento de Ciencia Clínica de la Universitetet i Bergen (UiB).
Los autores determinaron que la gingivitis, consistente en la inflamación de las encías y considerada como la fase inicial de la periodontitis o enfermedad periodontal, puede desempeñar un papel decisivo en el desarrollo de la enfermedad.
Los hallazgos mediante pruebas basadas en el ADN indicaron que la bacteria Porphyromonas gingivalis, causante de la gingivitis, puede pasar de la boca al cerebro. Esta bacteria produce una proteína que destruye las células nerviosas, propiciando la pérdida de memoria y favoreciendo el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Una bacteria de presencia común
La bacteria Porphyromonas gingivalis se encuentra principalmente en casos de infecciones gingivales y periodontales, aunque también puede encontrarse en niveles bajos en el 25% de los individuos sanos sin enfermedad oral.
La bacteriemia transitoria que ocasiona puede producirse durante actividades comunes como son el cepillado, el uso de hilo dental y la masticación, así como durante los procedimientos dentales.
Esto da lugar a una translocación documentada a diversos tejidos, como las arterias coronarias, la placenta y el hígado. Las evidencias científicas indican asimismo que el 100% de los pacientes con enfermedades cardiovasculares presentaban colonización arterial por Porphyromonas gingivalis.
La importancia de la prevención
La relevancia del hallazgo es muy significativa, ya que se estima que el 50% de la población es portadora de la misma, y que en torno al 10% desarrollará una forma grave de la enfermedad. Asimismo, existen evidencias que indican que la Porphyromonas gingivalis se relaciona con la artritis reumatoide, el cáncer de esófago y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Si bien los autores afirman que la bacteria no es la causante de la demencia por sí misma, su presencia supone un incremento del riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, y a su vez favorece la aceleración de su desarrollo.
Los investigadores señalaron que esta línea de investigación permite adoptar un nuevo enfoque en al tratamiento del Alzheimer, abriendo la puerta al desarrollo medicamentos que bloquean las enzimas dañinas segregadas por la bacteria.
En base a estos hallazgos, desde Lura Care recordamos una vez más la importancia de mantener unos adecuados hábitos de higiene y prevención como el cepillado regular, el uso de hilo dental, y los enjuagues regulares con colutorios. Y, además, es fundamental acudir de forma regular a revisiones con el dentista, y muy especialmente entre aquellas personas que sufran gingivitis o que tienen antecedentes de enfermedad de Alzheimer en la familia.